Quizá | Evite los juicios precipitados



QUIZÁ

Peter Bregman
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18minutos  |  

Evite los juicios precipitados



Existe una historia sobre un granjero pobre cuyo único caballo se escapó. Todos sus vecinos acudieron para consolarlo:
- ¡Qué mala suerte!
- Quizá -  respondió el granjero.



Al día siguiente, el caballo volvió con muchos caballos salvajes. 
- ¡Qué suerte!- exclamaron sus vecinos
- Quizá - volvió a responder el hombre.

Unos días después, el hijo del granjero trataba de domar uno de los caballos salvajes cuando voló en el aire y, al caer, se rompió una pierna
-Qué desgracia!- dijeron sus vecinos
- Quizá - dijo otra vez el granjero.

Una semana más tarde, el ejército llegó al pueblo para reclutar hombres jóvenes, pero al ver que el hijo del granjero tenía la pierna rota, lo dejaron en paz.
-¡Qué afortunado!- afirmaron sus vecinos
-Quizá - contestó el granjero
Y la historia de ese hombre avanza de manera similar. 

"Mi vida ha sido una serie continuada de accidentes afortunados desde el momento de mi concepción, que ocurrió a pesar de que mis padres utilizaban métodos para evitarla.
En la universidad, mi propósito era meterme en política. Luego, durante la primavera de mi penúltimo año, se anuló el viaje en bicicleta que habíamos planeado porque el líder se había roto un brazo. Así que, en lugar de eso, me fui de camping. Aquel viaje cambió mi vida. Dejé la política y empece a enseñar liderazgo al aire libre. 

Más tarde, creé una empresa exitosa enseñando liderazgo, tenía muchos empleados y oficinas en todo el mundo. Después la suerte quiso que mi empresa quebrara a la par que la economía y las Torres Gemelas se venían abajo. Y tras un período de introspección y de terapia, comprendí que ya no disfrutaba  mi trabajo como al principio, y lo reconsideré de una manera más humilde, sostenible y que llenaba más.

Aunque no haya sido feliz en cada uno de esos momentos, cada giro del destino fue un catalizador que me acercó a la vida feliz que tengo ahora.

A menudo actuamos con la sensación d que tenemos el control de nuestra vida. Algunos golpes de suerte son insignificantes en apariencia. Quizá hemos tenido una buena conversación con alguien. Quizá leemos un poema que está sobre el escritorio de un compañero. Quizá chocamos con el vehículo de delante. Sólo años después podemos valorar de qué forma radical ese momento cambió nuestras vidas. 

Otros golpes de suerte son importantes, y sabemos en ese mismo instante que nos cambiarán la vida. Tal vez nos despidan del trabajo. Tal vez nos ganemos mucho dinero
Lo que no sabemos es cómo esos golpes de suerte van a cambiarnos la vida. Se han llevado a cabo muchas investigaciones al respecto, y el conjunto de ellas no hace sino demostrar lo malos que somos al predecir cómo nos afectará algo. Los ganadores de lotería no son más felices que antes y los parapléjicos no lo son menos que cuando tenía movilidad.

Y he observado algo en las personas que han perdido su trabajo. Parecen más felices. Aliviados, al menos. No siempre, pero en muchos casos el miedo a perder el trabajo es peor que perderlo. Conozco a muchas personas que se sienten el doble de infelices: odian su trabajo y temen perderlo. Están aterrorizadas y estancadas. Sin embargo, la realidad es que, una vez que hemos perdido nuestro trabajo, podemos continuar con nuestras vida. Daniel Gilbert, profesor de psicología en la Universidad de Harvard, explicó este fenómeno en un artículo del New York Times: "Cuando nos dan malas noticias, lloramos un rato y luego intentamos mejorar nuestra situación. Cambiamos nuestro comportamiento, nuestra actitud... (pero) un futuro incierto nos deja varados en un presente infeliz en el que lo único que hacemos es esperar"

Así que, cuando cambia nuestra suerte, ¿qué deberíamos hacer? La psicóloga de Stanford, Carol Dweckm, ha investigado muchísimo para comprender qué es lo que hace que alguien se rinda frente a la adversidad en lugar de luchar para superarla. Sus investigaciones demuestran que si alguien cree que su talento es innato se  rendirá con rapidez, porque le parecerá que cualquier obstáculo es una señal de sus limitaciones. Choca contra un muro, no puede hacer nada y nunca será capaz de revertir la situación.
Pero si una persona cree que su talento crece la perseverancia y el esfuerzo, se esforzará para superar el obstáculo. Considera la adversidad como una oportunidad para mejorar.

Esta es la buena noticia: podemos cambiar los resultados si cambiamos de mentalidad. 

La suerte cambia. Llámela destino, si quiere, o voluntad de DIOS o casualidad. No importa lo bien que planifiquemos nuestra vida, no tenemos el control absoluto de ella. Pero la forma en que aceptemos la suerte---bien o mal --- sí está en nuestras manos."

El momento para juzgar sus éxitos o fracasos es NUNCA


2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho esta lectura.
    Creo que las grandes personalidades han pensado así, sin estancarse, solo dejando que todo fluya :)
    Un abrazo Yule!

    My blog By Joyce ♥

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    1. Le echare un vistazo al tuyo! Abrazo fuerte! Esto del Blog al final te enrola! Rico compartir cosas con quienes quieran leert ;)

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